Piratas del mundo, paren la fiesta: al parecer faltaba leer la letra pequeña en el anuncio de que todos, incluidos los que tuvieran una versión pirata, podrían actualizarse a Windows 10; sucede que si, aunque tengas una versión “no genuina” (en términos microsoftianos) podrás actualizar a Windows 10, pero la cosa es que no obtendrás una licencia válida: tu copia seguirá teniendo el mismo estatus de “no genuina”, tan pirata como antes. Nueva, más bonita, pero igual de pirata. En declaraciones de representantes de Microsoft:
Con Windows 10, aunque las PCs no genuinas (sic) podrán actualizarse a Windows 10, la actualización no cambiará el estado de genuino de la licencia…si un dispositivo estaba considerado como no genuino o con licencia incorrecta antes de la actualización, ese dispositivo seguirá siendo considerado como no genuino o con licencia incorrecta después de la actualización.”
O lo que es lo mismo pero con mucho menos palabras: tomen su licencia gratuita, piratas. Y a fin de cuentas quizás sea lo más sensato, porque sería mandar el mensaje equivocado a sus clientes que si pagaron por el software…ahora bien, nadie sabe que significará tener esta versión “no genuina” de Windows 10, pero todos suponemos que el buen Microsoft le pondrá candados aquí y allá, cosas bonitas como impedir recibir actualizaciones críticas, pantallas negras de wallpaper y quizás algún límite de ejecución de aplicaciones.
Vamos, todos sabemos lo que es el problema real: yo, y estoy seguro que muchos de ustedes, no tengo problema en pagar por software, siempre y cuando el precio sea justo; mi copia actual de Windows 8 me costó USD $20 si no mal recuerdo, si, empleando malamente una promoción para estudiantes, pero a fin de cuentas este debería ser el precio a pagar por algo como Windows: una pieza de software que es importante, pero que por si sola no permite hacer mucho. Los tiempos de cobrar $100 o más por un sistema operativo debieron haber terminado hace ya mucho.