Uno de los temas actuales en la red es este lector de libros electrónicos creado nada más y nada menos que por Amazon, el gigante de las ventas por Internet, que inició vendiendo libros y hoy sólo le falta vender droga. Hasta ahora, el dispositivo ha tenido críticas encontradas, algunas a favor, y otras muy, pero muy desfavorables. El Kindle de Amazon, como se dijo antes, es un dispositivo que sirve para leer libros electrónicos, pero que también funciona como un servicio, algo similar a la “Web 2.0”, pero en hardware.
El dispositivo puede usa una red telefónica EVDO que Amazon llama WhisperNet, y el Kindle accesa a esta red cuando así determina que debe hacerlo. Kindle cuenta con una pantalla de tinta electrónica de seis pulgadas y una resolución de 600 x 800 píxeles, y reproduce una escala de grises de cuatro niveles. Este dispositivo usa la tecnología eInk, la cual refleja las letras como si fuese papel y no cuenta con retroiluminación, lo que facilita la lectura junto a la posibilidad de ampliar el tamaño del texto.
El Kindle de Amazon no sólo está limitado a libros, sino que también puede descargar revistas o diarios. Todo el contenido se almacena en los 185 MB disponibles, pero se puede agrandar la capacidad de este mediante tarjetas SD. La batería del aparato dura un día cuando está conectado a la red inalámbrica, y una semana cuando no lo está, y el aparato tiene un precio de USD $399.00.
Pero pensemos en si este dispositivo sirve para algo. ¿Cuántos de estos dispositivos tienen que salir al mercado y fallar miserablemente para que aprendan la lección? El dueño de Amazon, Jeff Bezos, llamó a los libros “el último bastión de lo análogo” (excelente frase por cierto), y con justa razón, pues que yo sepa, hasta el momento, es una de las cosas que lo digital no ha podido suplantar: para los que leemos, nada se compara con tener un libro real en nuestras manos, el pasar las páginas, el meter un marcador, o bien agarrar un libro viejo y sentir su olor; maldición, aún cargar un libro produce un extraño placer que no puedo explicar. Muchos dispositivos se han inventado para tratar de cambiar los hábitos de los lectores, pero todos han fallado. No conozco a nadie que aprecie un libro y que lo cambiase por un lector electrónico. A nadie.
Y todo eso sin mencionar que el dispositivo es feo a más no poder: tal parece que se diseñó en 1990. Amazon debería de dedicarse a vender, que es lo suyo y que por cierto lo hace bastante bien.
Mi opinión como apasionado de la lectura no esta encontra de estos dispositivos, pues considero que el uno no necesariamente excluye a los otros.
Un dispositivo de este tipo se antoja para un viaje, en el cual es incomodo viajar con 2 o tres libros, 1 revista y encima in dispositivo portatil para leer tus blogs, lo que aparentemente puede hacer el “Kindle” en una sola pasada, pero…
1.- El costo es sumamente elevado para permitir la fácil aceptación de una tecnologÃa como esta que es ligeramente nueva (al parecer nadie aprende en cabeza ajena; vease PS3 cuatro iteraciones y tres descuentos después) :S
2.- Lo anterior me lleva al gran talón de aquiles de este producto: No se puede almacenar información cómo PDF u otros formatos de Ãmagenes (JPG, GIF, BMP) o archivos CBR, CBZ. Es compatible con formato RTF y DOC, pero tiene un costo por archivo extra para que los puedas subir al “Kindle”, sà como lo oyes te cobran por subir TUS archivos a un dispositivo por el cual pagaste y se supone que ya es TUYO.
Y finalmente los blogs que te permite leer son unos que ya vienen preconfigurados en el dispositivo y si deseas leer otros blogs, como este o “Gizmodo” o “Kotaku”, bueno pues también hay un costo por blog, lo mismo sucede con las revistas.
En resumen en orden de importancia, alto costo, funcionamiento y compatibilidad limitada de autor y bajo atractivo estético.
Como dije, al parecer nadie aprende en cabeza ajena.
Paso… ¬¬
Mil veces mejor una PDA, incluso un smartphone. 😉