Aún quedan muchos usuarios de Internet que no protegen sus redes WiFi, y las dejan expuestas de modo que cualquiera pueda entrar en ellas; algunas veces piensan que hacen bien y hasta “un servicio a la comunidad,” pero la realidad es que no sabemos que enfermo está detrás de las paredes de su casa viendo o descargando contenido ilegal o de dudosa (dudosísima a veces) moral, actos que luego pueden ser achacados a, adivinaste, a tu red WiFi. En días pasados, circularon las historias de varias personas que fueron apresadas durante cateos, todos ellos acusados de descargar pornografía infantil, cosa que en realidad no habían hecho, sino los vecinos que se conectaban a Internet a través de su conexión inalámbrica, como se comprobó después del arresto e interrogatorio. Ciertamente en México estamos algo lejos de que la justicia llegue a ese nivel de sofisticación, pero eso no quita que el peligro es real y es muy fácil caer en esos problemas, y pudiera ser difícil justificar que en realidad no eres tu el pervertido o el pirata.
Así que te recomiendo que protejas tu red WiFi ya sea en tu casa, o dile a tu jefe si es la del trabajo; para protegerla hay dos esquemas: uno se llama WEP, es viejo e inseguro y debes de evitarlo como si fuera la peste bubónica, pues es tan malo que habilitarlo es casi igual a no tener protección; el otro esquema se llama WPA o WPA2, y ese es mucho más seguro. Investiga marca y modelo de tu módem para que puedas dirigirte hacia la página de la compañía y puedas habilitar la protección para tu red, es muy sencillo por lo general, y estarás tranquilo de que nadie más usa tu red.